Aquí termina la historia de un poeta fracasado,
por ir escribiendo versos de un país imaginario,
ir posando palabras y terminar con el llanto,
fuera tropeles, fuera sueños, lo que pasan son los años.
Volver a cargar el petate y volver a caminar sin rumbo,
buscando lo que nunca he encontrado, buscando momentos.
que mas puede el corazón llorar que las palabras puedan expresar,
si desilusión será mi premio después de exprimir el corazón en un sueño.
La realidad es tan simple como dar una paso en el tiempo,
y volver a los tiempos difíciles y encontrarse sin aliento,
en cada palabra, en cada frase viaja mi corazón,
para poder expresar su verdadera razón, el amor.
Pero nunca seré realidad, siempre seré un sueño,
cobijado como un hombre ermitaño,
para que no encontraran, ni mi nombre, ni mis sueños,
pues yo me llamo Alejandro y no me oculto, soy sincero.