Vivir es caminar breve jornada,
Y muerte es, largo, natural vida,
Ayer al frágiles cuerpo amanecida,
Cada instante en el alma sepultada.
Nada que, siendo, es poco, y será nada,
En poco tiempo que ambiciosa olvida;
Pues de la vanidad mal persuadida,
Anhela duración vida animada.
Llevada de engañosa pensamiento,
Y de esperanza burladora y ciega,
Tropezará en el mismo monumento,
Como el que divertido el mar navega.
Y sin moverse vuela con el viento,
Y antes piense en acercarse llega,
Miré los muros de la vida mía,
Si un tiempo fuertes, ya desmoronados.
De la carrera de la edad cansados,
Por quien caduca ya su valentía.
Salame al campo, vi. Que el sol bebía,
Los arroyos del hielo desatados,
Y del monte quejosos los enamorados,
Que con sombras hurtó su Luz al día,
Entré en mi casa; vi que amancillada,
De anciana habitación vida despoja;
Mi báculo, más curvo y menos fuerte;
Vencida de la edad sentí mi espada,
Y no hallé cosa en que poner mis ojos,
Que no fuese recuerdo del amor quererte.