De la tristeza a la rabia,
de la rabia a esbozar alguna sonrisa,
de la sonrisa de vuelta al principio,
todo esto en menos de 24 horas.
La línea recta la he olvidado,
al igual que la dirección fija,
ahora todo son curvas,
subidas y bajadas,
obstáculos que se transforman
en estados de ánimo.
Con este recorrido
es normal pensar cosas tales como:
"va tio,lo conseguiste,
ya estás totalmente loco,
y solo has necesitado 23 años".
Creo que lo que me pasa
es que no me pasa nada,
que no hay muchas aventuras,
el calendario se mueve,
pero el bucle continúa,
"haz algo"pienso,
"actúa,
qué haces parado".
La presión de ser joven,
tener que ser algo el día de mañana,
tener el deber de conseguir una vida digna,
y todo ese royo,
el dinero,
la hipoteca,
los niños,
el sueño pobre de que me toque una lotería,
¿De verdad quiero ser todo eso?
Solo soy un esclavo más
encadenado a lo corriente,
todo es muy común,
demasiado común. . .