Más terco que los toros de Sevilla,
de aquellos de la ilustre Maestranza,
espero con magnánima esperanza,
sentado en esta verde y quieta orilla.
Presento de un león, el porte fiero,
aunque en el fondo sea una paloma,
que al golpe de un disparo se desploma,
para servir, de carne al forastero.
Soy terco por conciencia y por destino,
que lleva sobre el rostro un aparejo,
que impide contemplar mi azul reflejo,
y no ver más allá de mi camino.
El terco es lo que soy, pues sigo ansiando,
aquellos amoríos tan febriles,
que vi nacer en días infantiles,
y sigo cada tarde reordando.
De aquella dulce niña, más que hermosa,
que amé con persistencia desmedida,
perdióse entre la bruma de la vida,
y nada queda de ella,ni una cosa.
Al verla, me quedó muy claramente,
que nuncaen esta vida va a ser mía,
y sin embargo, ciego en mi porfía,
la quiero sin medida, y locamente.
Conciente estoy, que no voy a tenerla,
y aunque me cuesta mucho, lo he aceptado,
pero dentro del alma no he dejado,
de ansiarla, de soñarla, de quererla.
Por eso soy un terco sin remedio,
que va a morirse así, sin olvidarla,
envuelto en la amargura y en el tedio,
sin conseguir jamás, dejar de amarla. (2006)
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!