Yo quise ser su luz, alumbrar sus caminos
en silencio,
observando a lo lejos,
perdida en su emoción,
buscando sin razón sus sentimientos...
Fuí su sombra, su Amiga, su consuelo,
su más fiel confidente.
En sus horas de llanto fuí el pañuelo
donde enjugó el dolor.
Fuí en sus prisas, paciencia,
en sus ruegos, clamor.
Y en su loca inconciencia
fuí delirio...
Y a pesar de que siempre fuè un martirio
mantenerme tan lejos y tan cerca,
fuí sus ojos, sus manos,
siempre abierta
a recibir sus besos, su calor...
Fuí el sentir que se guarda, el que espera
con ternura y paciencia su llegada.
Pero ya soy conciente
que a pesar que lo amè con tal pasión
nunca fuí para èl lo que anhelaba,
porque aunque le dí por completo el corazón,
solo pudo quererme como Amiga,
pero nunca me quiso como Amor...