Que no te habré entregado yo,
Mis frágiles pensamientos locos
Mi mente, mis sueños, mi vida entera,
Mis tristes poesías siempre de otoño
Mis miedos aunque visibles no fueran.
Todo mi mundo completo, inmenso y pequeño
Mis delirios, alegrías y quimeras,
La fuerza que emergía de mí ser completo
Mis inviernos convertidos en primaveras.
Que no te habré entregado yo,
El calor que brotaba de mi cuerpo
Mi pasión y mis ganas llenas
Mi más celoso y ambicioso rincón
Todas mis ansias plenas.
Dispuesta para llegar a tu cuerpo
Cada caricia mía siempre estaba,
Y deseando avivar todos tus deseos
Cada beso que mi boca te gritaba
Que no te habré entregado yo,
Si cada noche mía la hacía tuya
Y cada sueño loco te convertía en realidad
Si cada segundo vivía tu vida
Y te regalaba hasta mi más triste felicidad.
Tal vez te di mucho, demasiado, todo
Hasta el inmenso y profundo mar de mi soledad
que hoy mi corazón tan triste y desorientado
se pierde en los caminos de su oscuridad.