Quiero hijos libres,
ni atados a la codicia,
ni amarrados al dinero.
Capaces de dibujar
una puesta de sol,
la lluvia sobre el horizonte
o la silueta del viento.
Quiero hijos libres,
ni enfermos de envidia,
ni sujetos al descontento.
Capaces de soltar una lágrima
por la enfermedad de su perro
o que les duela el silencio.
Quiero hijos libres,
ni modulados por la ira,
ni con odio en el cuerpo.
Capaces de dar la mano al enemigo,
abrir fronteras al destino
o de decir te quiero.
Quiero hijos libres,
que sueñen con un mundo nuevo,
lleno de colores y trinos.
Capaces de llegar al cielo,
subir a la cima
por un pedregoso camino
o de alcanzar un lucero.
Quiero hijos libres
para morir contento.