A La Virgen de la Cabeza
Está visto que el “Cerro”, es tu destino;
aunque de vez en cuando te paseen
los “Romeros”, por pueblos y caminos,
dejando boquiabiertos a tu gente.
Tu tez morena, adoramos vehemente,
y el candor de tu rostro…¡es tan bonito!
que al mirarlo tanto…¡se enternece!,
arrastrando las masas al delirio.
Moreno es tu lugar, moreno el rostro,
morenas son las penas que yo tengo.
¡Llena de luz mis penas!., no de abrojos.
¡Saca la espina, que en el alma tengo!
Hoy estás en Jaén, junto al abuelo,
y el fervor que la gente te profesa,
no tiene parangón; es placentero,
pues con tu cara…,a todos embelesas.
Ante ti nos postramos, ¡Virgen mía!
los pecados que tengamos, nos perdones,
la carne es débil: ten toda su porfía,
y te pedimos…,¡jamás nos abandones!
Antes que al fin, retornes a tu “Cerro”
y un raudal de lágrimas me aflija,
le pido a Dios, que guarde en mis adentros,
tu imagen, tierna, bondadosa y fina.