Hincado yo me encontraba
llorando mi sufrimiento,
mil ojos ya me miraban
desde aquel rincón
del tiempo;
lluvia caía a raudales,
mas mi cabello
lo tenia yo seco,
era un ángel el que me cubría
sin poder yo verlo;
la lluvia ya cesaba
y el ángel volvió al cielo.
Tarde de mil colores
pintaba así mi pueblo,
hincado yo me encontraba,
perplejo de aquel acontecimiento,
los mil ojos ya no estaban,
solo dos me miraban de lleno,
era mi esposa que me decía…
!cuanto te quiero!
y a pensar yo me puse
en toda la vida que tuve
antes de estar muerto.