Calvario de Jesús. Vía crucis
Tomad y comed todos de él, porque éste es mi cuerpo.
Tomad y bebed todos de él porque ésta es mi sangre.
Calvario de Jesús.
Jesús coronado de espinas.
Te sentenciaron a muerte, como a un vulgar malhechor
Cargaste la cruz a cuestas, con mucha resignación.
Caíste por vez primera, al suelo mi Redentor.
Te encontraste con tu Madre,¡que triste encuentro mi Dios!,
a nuestra amada María se le partió el corazón.
El Cirineo te ayudó a llevar la cruz pesada,
de la angustia que sentías ya no podías soportarla.
Quedó tu rostro plasmado, cuando el sudor te enjugó,
la Verónica,¡tu amiga!, con un lienzo blanco y puro,
y con tu Faz lo mostró..
Caíste de nuevo al suelo, en esa dura jornada,
tus fuerzas ya no podían con esa cruz tan pesada.
Y al levantarte del suelo, con dulzura consolabas,
a las personas queridas que en Jerusalén estaban.
Por tercera vez caíste, no te podías levantar,
coronado con espinas, no cesabas de sangrar.
Después de muchas injurias, de insultos y de calumnias,
a Ti quitaron las ropas, te desnudaron de todo,
para luego repartirlas.
Te pusieron en la cruz, clavado de pies y manos,
¡que gran dolor que sentimos por Ti todos los cristianos!
Elevaron el madero, entre ladrones estabas,
antes de expirar pedías que el Padre nos perdonara.
Entre las santas mujeres que había en aquel lugar,
Tu Madre, Virgen María no cesaba de llorar,
Al bajarte de la cruz te tomó entre sus brazos
te acarició con piedad,
el dolor que ella sentía, no lo podía soportar.
Ella y las santas mujeres, que había en aquél lugar,
te pusieron el sudario y te fueron a enterrar.
Te pusieron dos guardianes, para que allí vigilaran.
Pero al tercer de los días, la tumba estaba vacía,
solo quedaba el sudario que te pusiera María.
Chelo Álvarez/Lys.