Con paciencia infinita,
sin prisa yo te espero;
sin idea precisa de quien seas,
y sentado a la vereda de mi vida,
contemplo el discurrir
de lo que pasa,
Aquel viejo que en su vieja faz
refleja sufrimientos, nostalgias,
y mil penas.
Este niño sonriente, que camina
sin saber de amarguras ni tristezas.
También me veo yo, caminando,
venir hasta mi encuentro,
y del camino pasado,
los recuerdos a mi llegan.
Unos hermosos, y otros muchos
no tan bellos.
Mas se que habré de esperar
con infinita paciencia,
y sobre todo saber,
cuando es el momento justo
de volverme a levantar del sitio,
en que yo sentado, espero sin
impaciencia lo que siempre
hube esperado y hasta en el día de hoy
no he sido capaz de hallarlo.
JGL