Así, siempre así como este día,
Señor mi Dios, mi risa es bella,
bella porque sea mi propia poesía
un canto de paloma, caricia de una estrella.
Y gracias yo te doy
que la vida así acabara,
consiente en lo que soy
y feliz en lo que amara.
Más que bendita en mis enojos
la hermosa y sacra primavera,
en que vine aquí porque quisiera
un semblante de amor sobre tus ojos.
Así también tus labios rojos
besará precoz la tierra entera,
no habrá entonces en mis despojos
un vacío de amor que se nos fuera.
Así fugaz también el hombre
es pecado y fe que nunca espera,
un tañer de campana que dice un nombre,
un latido impetuoso que desespera.
Dócil soberbia la que me toca
al sentir tus lágrimas Señor mi Dios,
pues la culpa de pena no se desboca
por ser castigo de un hombre o de los dos.
Y si callado, he de morir un día,
y me sorprenda soluble la sinceridad,
se hará solamente, tu mera voluntad,
con grandeza de amor, en mi sutil poesía.
VERSOS HUMANOS
EstertoR de AmoR
Octubre - 2008