Mi mente no llega más allá de tu imagen.
El alma gritando la necesidad de tu cuerpo.
Las manos buscando el calor de un abrazo.
Y mis ojos brillan, reflejando la ternura de un recuerdo inolvidable.
La soledad consume el aire que respiro.
El corazon sin latidos, exprimido por tu ausencia.
Los labios cortados por la sed de tus besos.
Y vuela mi cuerpo por un mundo irreal.
Por una vida de ensueño,
en la que la tristeza se pierde,
y las lágrimas se convierten en nubes de algodón.
Donde los sueños se cumplen,
y las ilusiones se multiplican.
Donde el miedo no existe,
y el vacio se llena de paisajes increibles.
Y allí te encuentro,
Con los brazos abiertos esperando mi llegada,
con el alma en un pañuelo,
que cura cada una de mis heridas.
Con aquella dulce mirada del primer día.
Sigo corriendo hacia ti,
hasta llegar a rozar con mis dedos tu rostro.
Tu imagen desaparece.
Y mi alma vuelve a gritar la necesidad de tu cuerpo.
Mis manos buscan el calor de un abrazo.
Mis ojos brillan reflejando,
la ternura de un recuerdo inolvidabre.
Porque tan solo fué un sueño más, otro momento de realidad ficticia, donde todo puede ser perfecto.