Que lúgubre está la habitación, esta mañana al despertar,
conocí la acepción del sacrificio;
las paredes frías estan, notan cierta desazón,
la ventana entre abierta, corre un aire fulminado,
y va cayendo por el hondo y largo precipicio.
He intentado hacerte una canción,
y ya vés, la música brilla por su ausencia,
sólo letras me han salido, tal vez versos,
no lo sé, más quisiera leyeras con atención,
aunque la mejor nota es tu presencia,
y si tus labios me han de leer, mis besos,
que lo sepas, también los has de sentir.
Todo ha sido un maldito sueño,
una lóbrega realidad,
pertenezco a tu rebaño,
no me olvides por piedad,
te suplico, no te engaño,
tu eres mi única verdad.
Enrikt