Por mas que agonice la mañana

Por mas que oscurezca la mañana y el olvido mezquino, hecho cuervo asesino se atreva a pajarear en mi ventana. Por mas que el desamor se acueste a dormitar en los hilos de mis lagrimas, con lo fugaz de una tristura. Por mas que quiera la vida, y el destino quiera, desarraigar de mi pecho esta ventura, No habrá espacio para el pesar, la lamentación o la duda. Así lo siento por la flor de tu voz, que un almendro querría por ejemplo de suavidad y ternura. Pues tal lo oigo, lo veo y lo palpo cuando me desarmo ante tu hermosura. Que a tu lado agoniza la tristeza, y olvido, desamor y destino, se van derrotados, por la dulzura que el amor infunde en nuestra vida.