Esto es el cielo:
tú en mis brazos, recostada,
mis ojos reflejados
en esos dos profundos lagos
de ternura infinita
que iluminan el mundo entero.
Y el tiempo que se detiene,
se paraliza, se congela;
todo en derredor nuestro
se diluye y desvanece
y sólo quedamos nosotros,
amándonos dulcemente.
Esto es el cielo:
se eternizan los momentos,
se funde nuestro futuro
con el pasado y presente;
tú eres todo mi horizonte,
en tí se resume la vida
y el universo entero
adquiere su pleno significado
en razón de tu existencia.
Esto es el cielo:
¡nuestro amor en infinito!
¡nuestra dicha, eternamente!
con nuestros dos corazones
palpitando a un mismo ritmo,
enamorados, perdidos,
en nuestro cielo, ¡por siempre!-
Eduardo Ritter Bonilla.