Añoranzas,
eternas de besos,
que salieron de unos labios,
en busca de mis labios.
Nostalgias encendidas
de palabras de amor
que pueblan de sueños
los días y las noches
Ausencia que se siente
en el cuerpo y el alma,
cuando se forman palabras
nacidas para ser dichas
y colmar de pasión,
aquél que las escucha.
Añoranza que,
anuló la distancia
de mi tierra y mi cielo,
del mar y de la playa,
al golpe del momento,
nos unió la añoranza,
en un regreso,
a estancias enlazadas,
en el hechizo sutil.
Por esto, tu llamada,
atravesando el cielo,
estremeció mi alma
y me avivó el recuerdo.
Me sentí sobre el aura,
de la añoranza,
de mis vuelos,
con inocentes alas,
nacidas en los sueños,
palpitando mañanas
en el sol de mí pecho.