Solida luz…
Tu incandescencia, promete a la inocencia del amor La intrepidez del ajedrez…
Y la nitidez, apellidando nombres..
Adamantino y negro el caballo se prepara…
Pone su pecho de cara!..
Pretendiendo un deseo!
La dama juega el destino Sin soberbia, pero apuesta!
Prepara con una gesta
De proporción adorable
Su boca que sobornable
Desarma con su trofeo, al duro pero incansable La furia razonable, del austero caballero!
El juego tiene dos piezas, con un solo apellido
Se apropian los latidos, en la noche que callada Estampa con sus figuras, amor, sanción y deseo
Arden en su juego, sus cuerpos la impronta llama!
Alados, Un Caballo y Una Dama, sueñan el infinito… Trémulas sus lágrimas bañan, el ápice de la tierra Con brillos y alabanzas, el más grande de sus sueños!.. En sus anhelos descansa!
María Verónica García