Se abrió el portal a la quietud de tiempos resarcidos
por multitud de dolores simplemente rotulados.
Son abalorio más de aquellos grandes sones
que acompañaron íntegros tus besos de colores.
Solo son fiel sonrisa de aquel antiguo y dulce reflejo.
De aquel amor, que despertaste en mi ventana, desde lejos.
Con qué ternura, al roce de tus tiernos y dulces versos,
hasta tu conquistada morada, se abrió mi alma a pasos.
Más cuando ya pasó el tiempo y este amor tornose orondo
erró por mares y desiertos, hasta dormir en lo profundo.
Resquebrajando sus quimeras, a punto tal que se volvió laudo
y renació con alas tan inmensas, que hoy solo vuela rotundo.
Hasta jardines inexplorados, donde nos sorprenden las alegres mariposas
que asemejan a esa amistad pura que tienen con las rosas,
y que aún ,besándose en la frente dulcemente o tomándose de las manos
se quieren con la transparencia y dulzura como si fueran hermanos.
BE BJ
18/10/2004