Con ese fuego encendido y candente,
que tus ojos desprenden, cuando miras a,
los míos, siento como me deseas con pasión, en esos instantes enciendes todos mis deseos,
todos esos deseos de mi amor hacia ti que,
avivas ese sensual y excitante abaniqueo, en tus ojos, de bellas y largas pestañas,
que con ese movimiento sensual de tus ojos,
que me vas estimulando el deseo del amor.
Eres mi amor en las dulces noches de pasión,
cuando siento el roce de tu hermoso cuerpo, a mi lado y las más bellas sensaciones y
el calor excitante de tu cuerpo, siento amor
como se quedan flotando en el ambiente,
tus dulces deseos, como hilos de plata, sobre tu piel y mis dedos como acarician,
tu cuerpo, locamente desbocados.
Siento acariciado mi cuerpo, como si fuese, un sedoso manto, lleno de tu amor y ternura,
cuando tus ojos me clavan su mirada,
sobre mi cuerpo desnudo como si me lo
poseyeras en las noches de amor.
Siente como mis labios te rozan y besan,
muy suavemente por tus sedosos hombros,
que están desnudos y emanando ese perfume,
embriagador, e inconfundible aroma de tu piel, que me enloquece por momentos y con mis labios, llenos de deseos por besar tu cuerpo, muy suavemente cojo la hombrera de tu suave, camisón de seda y lentamente voy guiándola, hacia el lado de tu hombro, para que se deslice
libremente por tu cuerpo, hasta llegar a caer,
libre hasta el suelo, para que con todo mi amor,
hacer aflorar de tus sensuales labios carmesí,
esos gemidos sordos, eróticos de placer y pasión,
me pides amor, susurrándome muy suavemente,
al oído, con toda tu pasión siento el húmedo aliento,
de amor y deseo que sale de tu boca sobre,
mis oídos, pidiéndome: hazme mujer mi amor,
necesito sentirte dentro de mí y en lo más profundo de mi cuerpo y de mi ser, ¡amor!.
No dejes de amarme nunca ni de poseerme y
deséame cada día en nuestra vida juntos, te quiero,
porque siempre estarás dentro de mí, en mí
corazón, sabes por qué, porque me enseñaste,
el sentido del amor, de como amar y solo quiero,
que estés siempre conmigo.