Madre con ternura y abnegación,
Inclinas tu rostro al señor
Para interceder por tus hijos en oración,
No escatimas esfuerzo ni clamor.
Tu entrega es por Dios exaltada,
Premio te con un gran corazón
Delante del creador permaneces arrodillada,
Intercediendo por nuestra salvación.
Ataviada por Dios con sabiduría,
Para guiar a tu descendencia
Peleas por sus almas con valentía,
Y le ruegas a Dios con insistencia.
Madre en el mundo solo hay una,
Adornada con su corona de ternura
¡Es que tu madre eres cual ninguna!,
Gózate ante tu Dios con libertad y sin atadura.
Ejemplo de dignidad y admiración
Diligente y encantadora
Es la madre que ora con devoción,
A Dios en todo momento y a toda hora.
En sus labios nunca falta el clamor,
Ni el dolor de sus rodillas
Entrega sus primicias a Dios con amor,
Y el júbilo se nota en sus mejillas.
Eres tu madrecita ideal,
Por el altísimo siempre bendecida
Tu galardón está en la patria celestial,
Tu nobleza Allá será ressarcida.
Ángel R. Anaya
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