Felizmente con envidia qué digo,
razón que a veces sigo en silencio
a la desazón continua, licencio,
ni cuando me atormenta lo maldigo.
Vengo de las soledades zafando,
que continuamente tira sus redes
cuando menos se espera, de agredes
se presenta en escena siempre hastiando.
La vida vivida parte es soledad,
a mitad no es parte de la sociedad,
tal vez por colmo individualismo
o, por la circunstancia del centrismo.
El extremo tiene medida vana
se atribuye, a condición humana.
Autor: Alcibíades Noceda Medina