Mas grande de edad
aquella usted,
mujer singular
que de pie,
se ve
como un lagrimal
cristalino
y perfecto.
Yo le digo
que nada me importará,
luchare para
tenerla en mis brazos,
que mi corazón
no renunciará
a dicha lucha
ni a sus labios.
Usted simplemente
enséñeme un camino,
y tiernamente
de su mano
muéstremelo
con cariño,
para empezar
a construir un nido.
De amor entre usted
y yo,
sobre el amanecer
o sobre el pabellón
del cielo,
pero dígamelo,
que nada le importará.
Solo escuche mi latido
y llegueme a amar,
nada de lazos
y muchomenos el altar,
solo frente a mi
ponga su mitad
y le juro
amarla mas que a usted.
La extraño y es
algo extraño
sentirme bien,
al estar
incado pensando
en usted.