Sentada en nuestra cama, donde más de una vez hicimos el amor,
y nos embriago el perfume de las glicinas.
Desbordados de sentimientos nos encontramos,
latiendo nuestros corazones, al compás uno del otro.
Nos besabamos con loca pasión,
nos dábamos cuenta que lo imposible
para nosotros no existía.
Era todo como tocado por una varita mágica,
y eso hacia mágico nuestro amor,
nos dábamos cuenta que existíamos,
que nuestro mundo era real.
Eran reales nuestro amor, nuestros besos,
nuestras caricias, nuestra felicidad.
Sentada en nuestra cama que hace años compartimos,
siento aun el perfume de mi primera vez,
junto a ti amor de mis días, años y de toda mi vida.
Sentada en nuestra cama, agradecí a Dios
que nuestro amor sea eterno, sentí tus pasos,
sentí tu fragancia, mí corazón latiendo fuertemente.
me di cuenta que habías llegado.