La verdad
aunque me raspe la garganta
no siento arrepentimiento,
mis palabras se las lleva el viento
sembrando un Edén de espinas.
Haciendo amistad con la Cocaína,
junto a la Hermandad del Divino Marqués,
he cosechado los sueños
desde las entrañas de mi animalidad.
Disfruto podando jardines de faldas
con las manos mojadas en licor de pasiones,
destruir los cimientos de sus moralidades,
convertirlas en juguetes… rebalsarme de goces.
Suspiros hechos poemas,
creo haber tocado fondo,
creo saber de excesos,
creo haberme convertido en anciano
en la cumbre de mi juventud.
Una Doble vida,
glorias de sabanas,
trofeos de alcoba,
sensaciones sin horizonte-.-.-