Cuán presto mi contento,
se aviva a la luz de tu mirada,
cual claro firmamento,
de una noche estrellada
que alumbra mis amores bella amada.
Amores que surgidos,
de tu alma que ilumina asediadora,
la luz de mis sentidos
dignisima señora,
ventura de mi ser por que te adora.
Dame esos labios tiernos
tan dulces vida mia que te imploro
que de amores eternos
son el sumo tesoro,
de amor, que con ternura más valoro.
De perlas y diamantes
he de vestir mi amor tu desnudez
de rubíes y brillantes,
y de amor mi embriaguez,
cubrirá de suspiros tu mansa languidez.
Y este bardo que admira,
ese amor y pureza de tu alma impoluta
por tu dicha delira
y en tu escondida fruta,
en el fondo de su alma al gozarla disfruta.
El poeta
desconocido.
6/7/011