Ya clarea el alba, del mar está saliendo el sol,
ahora el mar se convierte en paisaje diferente.
Natura belleza, armonizando cumple su rol,
y las bulliciosas gaviotas me aclara la mente.
La mansa paloma me da esperanza, en mi confía.
Un pedazo de sol alumbra, el calor a mi alma ánima,
el ruiseñor cantando mi silencio desafía,
alegres mariposas el nuevo día ilumina.
Pero yo veo aún entre olas, unos ojos flotando
también los besos siguen siendo dulces en mi boca,
es de la hada, que entre pétalos se están ocultando,
sabe que la amo, y desde mi corazón me provoca.
En el día y noche, es de mi vida sin intervalo
a la que amo no la olvido, porque no es mi deseo.
Es el amor, solo entre sus brazos hallo consuelo,
es mi universo, en su compañía el mundo poseo.
El señor de los fierros
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