QUE NEGRA SERIA LA NOCHE

"QUE NEGRA SERIA LA NOCHE"
La luna luce redonda,
redonda como mi pena,
esta pena que encadena
mi corazón al que ronda;
esta pena que es tan honda
que a todo mi ser alcanza,
que asesinó la esperanza
de que naciera tu amor
y sólo dejó el dolor
que en todo mi cuerpo danza.
¡Qué redonda está la luna
en la noche de este día!
negra como la agonía
que nació desde mi cuna,
que no hay negra pena alguna
que se asemeje a mi pena.
Me devora como hiena,
me desgarra el corazón.
Es pena que sin razón
me aniquila y me condena.
Si el nacer es doloroso
-pues lloramos al nacer-
¡cómo quisiera saber
remontarme al venturoso
tiempo aquel en el que el gozo
se cifraba en el "no ser!"
¡Cómo quisiera saber
dormir en el Corazón
del Dios que le da ilusión
al mundo con su poder!
Del artista milagroso
que a esta luna dio el fulgor,
de Jesús, nuestro Señor,
que con su amor bondadoso,
al hombre le da el reposo
y al crucificarse El mismo,
acaba con el abismo
entre criatura y Creador
y asume de pecador
el traje, con heroísmo.
Si por la luna no fuera
¡qué negra serías, noche!
La luna le pone un broche
a la tiniebla más fiera.
¡Ah, si por Jesús no fuera,
tiempo ha que mi alma sería
pena sólo y agonía;
una razón sin razón,
un clavel sin corazón
y un corazón sin María...!
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)