" Me tienes ahí, tendido en tu retoño
abrazando fuerte, el dolor de tu día
llorando a la par, cual lluvia de otoño
meciendo tu rostro en mi melancolía.
Me tienes ahí, cerca, a tu lado
acariciando tu pelo, oro y diamante,
y esa lágrima que has derramado
tiene el valor sutil de un instante.
Me tienes ahí, cobijado en tus penas
teniendote fuerte, mirando tu llanto,
buscando el motivo que tu voz serena
se quiebra en mi alma, a modo de encanto.
Me tienes ahí, confiando tus cuitas
sintiendo que el mundo ya no vale nada,
me tienes ahí, porque sé que necesitas
que envuelva tu pena, en la luz de tu mirada".