Ya nada importa, de qué puedo escribir,
mi fuente de poesía cada día veo morir.
Acumulo letras en palabras y frases incorrecta,
sé que ninguna poesía de aficionado es perfecta.
En esto, el más avezado se equivoca también.
soy consciente que mis escritos no están bien.
Tengo razones para seguir escribir naderías,
pues en ellos escondo infinidad de mentiras.
Me preguntan porque mí tiempo desperdicio
escribiendo minucia hasta el cansancio.
Sepan, que en estos, mi alma sale del destierro,
es la única razón que en miseros sonetos me aferro.
Sé que la escritura no es mi vocación,
pero en ella desahogo mi enfermo corazón.
Autor: Alcibíades Noceda Medina