Amada mía, hermosa princesa, esposa,
De ojos transformados ya somos tres,
En deseos y ansiedades, ojos oscuros, rostro bello,
Amados por mis manos a tus cabellos.
Largo como este caudal de pasiones,
Hambre de amor y carne, largos rizos me exalta,
Cálido aliento el mío, fresco como el dulce aire tu exhalo.
Enredados, atorados en mis dedos, como el surrealismo
Atorados en mis paños del verso.
Delgado sombra la que te tapa,
Y delgada pena la que te desnuda ante mi mirada.
Dos cuerpo empapados, bocas húmedas,
Labios mordisqueados, gotas de sudor como centellas,
Cuerpos y pasiones enredados, y como testigos
Pared, ventana y sabana y un nuevo ser mi hijo.
Cuerpos y sombras combinadas, sabanas arrugadas,
Y gemidos de dos personas en una oleada, tormenta apasionada.
Energética bebida, la que emana de tu pecho,
Leche para mi niño, agua que da la vida
Que feliz soy padre nuevo
Amada mía, hermosa princesa, esposa,
Como quisiera ser poeta para que un verso mío.
Llegara de rodillas a tu presencia.
Y se desnudara a tus pies poseedora.
De la vida, a la vida humana.
Gracias señora mis respecto,
Por dar una nueva vida al universo.