Huele a ti,
si, huele a ti
la mañana del jueves.
Como el café barato,
como la estación de metro,
como tus curvas:
huelen a ti.
Es jueves,
de los de madrugada y sol,
de los de mañana y luna llena.
Simplemenet jueves
y el sol amanece contigo,
para cuando yo lo haga
te habrás marchado.
Pero aun no quiero,
no estás y no quiero
llegar a saberlo.
Por eso me hundo en mi colchón
postrado a este jueves,
en el que, para no olvidarte
tu olor se mudó a mi nariz.
Luego te llamo.
Tan solo el consuelo de una nota
sobre mi almohada.
Te volveré a ver.