Inspirado en tu silueta
inventaré un mundo como este que hizo dios,
voy a tratar de igualarlo
pero ya se, nada se compara con vos.
En este, mi mundo, tú serás el sol,
tus besos los rayos, tus caricias el viento
y tu cuerpo, tu cuerpo será mi dios.
Tus rayos iluminan mis labios
tu viento roza mi piel.
Tú, mi dios, bendice mi cuerpo con tu sed.
Donde nace lo bueno, brota lo malo,
es simple, no hay vuelta atrás
pero así es este mundo, mi mundo,
como no hay otro igual.
Victima de la noche
desesperado de no tenerte
encontré refugio en la luna
una vieja amiga que con su luz
me cambio la vida.
De la mano con ella
nos perdimos caminando
por esa tranquila y hermosa vereda
que se llama noche.
Me pareció verte en una esquina
caminando en la oscuridad
tu luz no era la misma
no brillaba con la misma intensidad,
perdona, te confundí con una estrella.
Desperté abrazado a mi almohada,
y al no encontrar tus caricias y tus besos
mi corazón le rezó a tu cuerpo
para que mañana como de costumbre salgas,
por la vereda de enfrente, esa que se llama luz.
El día, la noche,
tu luz, su oscuridad,
dos cosas distintas
que en mi vida no pueden faltar.