Los caballeros del insomnio me atacan,
y no tengo armas para defenderme,
mis ganas se callan y a mi sueño matan,
estoy a punto de locura perderme.
Es la diaria batalla nocturna,
que se suscita entre mis sienes,
esa declaración me mata y se turna,
mi cita directa con la muerte.
Nadie puede ayudar en esta ira,
me destroza el alma poco a poco,
mientras las esperanzas mi alma tira,
me estoy volviendo loco.
Estos celos que son mis contrincantes,
ese silencio que se ha aliado con ellos,
mis sueños son mis únicos atacantes,
se destrozan en tu ausencia en destellos.
Mientras sigo muriendo en la batalla,
sin efectos de alcohol ni de tequila,
tu, que de mi amor dejaste sin agallas,
disfrutas de la noche y duermes tranquila.