Esta es la historia,
de dos que se amaron
como nunca antes
nadie se habia amado;
esta es la historia,
de dos que se amaron
hasta la extenuación,
y que por amor
su propia vida dierón;
esta es la historia,
de un amor prohibido.
Esta es la historia,
de dos hermanos,
y cuando lo supierón,
ya era tarde,
pues se amaban
con locura y pasión,
y ya nada podían hacer
para remediar su amor,
por lo que para no vivir en pecado,
con una copa de arsenico,
decidierón quitarse la vida,
para así poner fin a su pasión,
y no vivir nunca más en pecado.
Esta es la historia,
de una hija sin padre,
sin nombre,
ni apellidos,
una hija no reconocida;
yo tambien soy un hijo sin padre,
sin nombre,
ni apellidos,
quizás mí padre,
quien sabe,
fuese uno de esos
tantos hombres
mal nacidos,
que vinieron a este mundo,
para jugar,
mentir y engañar
a las mujeres,
un miserable,
rastrero y malnacido,
que solo esta en este mundo,
para hacer daño a los demás.
Yo no entiendo,
como hay hombres en este mundo,
que niegen su nombre
a sus hijos,
y vayan por el mundo,
mintiendo y engañando
a las mujeres;
yo nunca conocí a mí padre,
ni nunca quisé conocerle,
pues un padre
que no reconoce a sus hijos,
mejor no conocerle,
además todo lo que soy,
y todo lo que tengo,
se lo debo a mí madre,
ella hizo para mí
de madre y de padre,
y siempre me dio
todo lo que pudo.
Esta es la historia,
de dos que se amaron,
esta es la historia,
de un amor prohibido.
Fernando Pérez Rodríguez