Cuando Dios creó tu sonrisa tomó,
la gama de colores más suaves del alba.
De las flores tomó su suavidad, el aroma y
la espesa dulzura misma de la miel,
de la luna su belleza y reluciente luz,
que puso la luz a tus bellos ojos.
Vuelve, para que mi piel no te extrañe,
y mis manos disfruten de ti, de tu cuerpo y
todos tus sensuales deseos.
Para que bebamos en la misma fuente de amor.
Tus ojos vidriados me miran con tanto amor,
que de siempre me han cautivado y
que ahora he comprendido eso que dicen,
que las estrellas tienen que pedir permiso,
para poder brillar cada noche en el firmamento.
Como cuando recorres mi cuerpo en,
tus sueños, acaricias mi piel y
haces de tus deseos mis sueños,
es por eso amor que tanto te quiero,
amarte es un fuego candente escondido en
tu cuerpo, cuan lava dentro de un volcán,
es como una daga atravesando mi corazon,
tus besos son un sabroso y dulce veneno,
que embriaga todos mis sentidos de amor,
una agradable dolencia y un tormento para
mi mente, que vale la pena correr,
por tener tu excitante cuerpo desnudo,
entre mis brazos cada noche.
Deseo poder sentir las delicadas caricias de,
tus dedos sobre mi erizada piel,
creo que es lo mejor que me ha pasado jamás,
deseo ser un diablo amando tu cuerpo,
antes que morir por castidad sin tenerte.
El que nunca ha amado y nada ha dado,
con el amor de su corazón y
sin pedir nada a cambio por amar,
nunca sabrá lo que es de verdad amar.