Después de tanto tiempo
vienes y me preguntas
qué ha sido de mi vida,
cómo lo llevo,
y yo sinceramente te respondo
porque aún me queda el gozo
de aquellas viejas alegrías.
Y sin mentirte, la tristeza
de cuando en aquella época partiste.
Y, sin embargo,
hoy reparo
en comparar aquel idilio
de cuando era un niño
y después de esos grandes aguaceros
que nublaban
y lo ponían todo negro.
Rompía una hoja del cuardeno
y hacía un barquito de papel
que ponía en la corriente
y nunca más volvía
Tú eres un barquito de papel
igual a aquel,
que te lleve, que te lleve
que te lleve la corriente.
Déjame,
déjame a mi suerte,
que daño a mi corazón
le hiciste.
Vete,
vete ya
y no regreses nunca más. Tinito La Calma.