Cuando me veas triste, como un cielo nublado,
como un enamorado que no es correspondido,
aguántame un poquito. Tal vez estoy herido,
o tal vez simplemente me sienta fatigado.
Sonríeme si quieres. Invítame un helado.
Estréchame en tus brazos, acógeme en tu nido
y bésame en silencio. Acaso confundido
olvide con tus besos mi fúnebre pasado.
Aquel pasado lóbrego cuando sin ti vivía,
cadáver ambulante, sin sueños, sin historia
perdida la memoria y el rumbo y el valor.
Hasta que tú de pronto apareciste un día
trocando aquel infierno de soledad en gloria
abriéndome las puertas de tu infinito amor.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC