Reflejo en una esquina

Reflejo en una esquina
Te han visto tragar tierra.
Te pareces a mí.
Me recuerdas a mí.
Cuando con puro silencio me atranganto.
Y no es por el hastío de hablar tanto.
Estoy por siempre obligado a callar.
Pero tú? Tú lo haces por necesidad.
Porque es tu hambre intestinal,
lo que comida te hace alucinar.
Te han visto apretar los dientes.
Te pareces a mí
Me recuerdas a mí.
Cuando por las noches el dolor me fragela.
Y no siente ya ni un poco mi piel de cera.
Es ahora mi corazón portaalfiler de ira.
Pero tú? Tú tienes roídos los dientes por el frío,
porque sólo ese trapo corporal que te abriga,
es lo que a apretar la mandibula te obliga.
Te han visto hundir tu navaja contra el viento.
Te pareces a mí.
Me recuerdas a mí.
Cuando hago el recuento de cada lo siento.
Y de dolor no son pocos mis muertos;
es tanta lágrima de víctimas en serie.
Pero tú? Tú no haces llorar a nadie.
Porque puedes mirar fijamanete a los ojos
míentras te llevas la vida de alguien.
Te han visto con la mirada perdida.
Te pareces a mí.
Me recuerdas a mí.
Cuando recuerdo días de mi vida.
Y no son los felices, en los que me pierdo;
son los tristes, en los que me enriedo.
Pero tú? Tú no tienes elección.
Porque tu recuerdo es una moneda,
que tiene sólo una cara de esfera:
La cara eternamente ciega de la perdición.