Hoy más que nunca te recuerdo, padre
de veras que lamento lo pasado.
Se, que tenia que haberte escuchado,
más de mi juventud, yo hice alarde. Creyéndome seguro se hizo tarde
y con mi inexperiencia fui un osado.
Por amor me perdonaste el pecado
y ante tu bondad, me siento yo cobarde.
Lejos de ti he comprendido lo que soy.
La rabia que sentí se ha convertido,
en un doloroso eco lastimero.
Yo no quiero perderte hoy, por hoy,
que tu sabia lección he aprendido…
Solo quiero decirte, que te quiero.
CARMEN PACHECO 27-10-2010