Quiero seguir el camino de las flores,
el azul del cielo,
el dulce cántico de los ruiseñores. Quiero seguir el murmullo del arroyo,
serpentear con él, las hierbas del valle,
fundirme en sus gotas centelleantes. Quiero seguir el camino de las flores,
rozar la mejilla en sus colores,
recobrar sus perdidos y añorados olores. Quiero sentir la tranquila luna,
en la suave noche de aquel entonces,
en los viejos muros de los caserones. Quiero estar a la sombra de la vieja encina,
colmar mis ansias naturales,
romper en mil pedazos el asfalto dela calle. Quiero volver a sentir el cascabeleo lejano
del ganado por los montes
el croar de las ranas
en las apacibles noches. Quiero marcharme por el estrecho sendero,
de las verdes hojas, de las mil canciones,
y encontrar la luz que me guie
en el camino austero de la tarde.