Páginas amarillas.

Acabo de mirar las páginas amarillas
de tu libro que tanto lo extrañamos,
y en sus simples hojas letras que brillan
nostalgias de estudiantes que hoy las recordamos.
Acabo de sentarme a tu lado en ese pupitre
donde a escondidas nos tomábamos las manos,
y en cada caricia de los dedos me insistes
en besar tus labios en la clase enamorados.
Acabo de saberme adulto a pesar de aquel niño
que gozaba de la vida riendo a carcajadas,
acariciando bajo tus faldas con un tímido cariño
las curvas de tu cuerpo evitando las miradas.