Existe un gran abismo y diferencia,
entre un diamante puro y una roca,
pues él podrá ser dueño de tu boca,
más yo soy el señor de tu existencia.
Él puede despertar con su presencia,
alguna sensación que es leve y poca,
yo soy en cambio amor, la causa loca,
que atrapa a tu pensar en la demencia.
Él puede estar colmado de opulencia,
y en torres de diamantes te coloca,
al tiempo que te brinda indiferencia.
Yo soy en cambio aquel que te provoca,
aquel que vive siempre en tu conciencia,
y roba tus suspiros si te toca. (2007)