Cantaba la luna,
en la noche serena,
acunando sobre su punta,
a la más bella estrella.
Cantaba la luna,
sonriente y repleta,
danzando al són,
de una nana matinera.
Cantaba la luna,
a un amor que la ciega,
sin saber qué lo velaba,
en su cama hechizera.
Cantaba la luna,
y susurrando se lamenta,
de tanto querer!,
que a escondidas lo desea.
Cantaba la luna,
entre vientos y mareas,
enviándole un beso al alba,
con cada nota que tararea.
Cantaba la luna,
sobre su ventana abierta,
enamorada y pequeña,
sobre sueños que navegan.
Cantaba la luna,
cada noche sobre su cama,
velando una vida,
guardándose sus lágrimas.
y cada noche acude a su ventana,
sin saber que él la espera,
escuchando su sonata.