Me encantan los poemas, me encanta improvisar,
Sí quisiera un día con bríos trabajar,
por la causa de la esperanza que ha llenado mi ser.
Únicamente en Laura se encuentra mi placer.
Tal vez sin prosa, tal vez sin estilo.
Pero a mi Laura la adoro, con todo lo que escribo,
aunque atribulado pero siempre bendecido,
sigo confiando en ella pues él mundo ha vencido.
En su palabra mi ser halla deleite indecible.
Cada línea penetra hasta la última neurona invisible,
escudriño su palabra pues ahí está la eterna vida
esperanza persevera hasta el día de su venida.
No tengo mas parte de otro verso.
Pues es el espíritu quien puso el esfuerzo,
me guía como guía al viento,
no sé adónde me lleva,
sólo sé que me da el aliento.
Anhelo el pronto regreso en gloria,
de mi amor trayendo la final Victoria.
Atesoro en mi alma la bienaventurada esperanza
De vivir enamorado, eternamente y cantarle esta alabanza.