Volveran los brillantes misiles
En tu balcón sus silbidos oirás,
y, otra vez, con el fuego en los cristales
explotando revientes;
Pero aquellos que al vacio estallaban
tu suerte y tu pericia, huirás,
aquellos que aprendieron nuestros rumbos
esos... ¡no volverán!
Volverán los metálicos tanques
desde tu jardín las tapias a reventar,
y otra vez a la tarde, aún más esperes
con sus cañones te apuntarán;
pero aquellos, cargados con delirio,
cuyas balas esquibavamos al saltar
y caer, como desgracia del dia..
esos... ¡no volverán!
Volverá la catastrofe a tus alrededores
las balas ardientes al sonar;
tu cuerpo, de su profundo miedo
sabe que tal vez morirá;
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te estoy apuntando..., desengañate:
¡Ya no te salvarán!