Te quiero mi hombre, acaricia mi piel
mi alma se eleva subiendo hasta el cielo
y mi corazón se inflama de anhelo
sintiendo tu aroma que huele a clavel.
Proclamo mi hombre, serte siempre fiel,
mis labios endulzan como caramelo,
testigos las aguas de este riachuelo,
de sonrisas dulces, y besos de miel.
Yo te pertenezco, mi estrella dorada,
proclamo tu nombre al amanecer
luce jubilosa mi alma engalanada.
Revivo tus mimos, cada atardecer,
tu boca en la mía quedará sellada
con gran entusiasmo, al alba nacer.
Chelo Álvarez
©Derechos reservados.