Rómpeme el corazón, mas, sin violencia,
con mucha suavidad. Haz el intento.
Que corra por mis venas turbulento
tu amor, sin demasiada turbulencia.
Rómpeme el corazón con indulgencia,
que yo tampoco soy ningún violento;
tan sólo de ternura me alimento
y de bondad y de benevolencia.
Yo sufriré contigo la demencia
de amarnos más y más, al cien por ciento,
hasta donde nos lleve la inconciencia.
Si he de pecar de tanto amar, lo siento...
en el pecado va mi penitencia.
Cuentas con todo mi consentimiento.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC