Tengo prestos mis labios para el beso,
temblorosos están ante la espera
mendigando con alma pordiosera
de tus labios la miel y el embeleso.
He cerrado mis ojos, estoy tieso
y mi boca entreabierta desespera.
tiembla, suda mi mano en tu cadera
como tiemblan las ratas frente al queso.
Te aproximo, te atraigo y en el acto,
es decir, al instante, tú te esfumas
mientras yo me despierto trastornado
excitado, rodeado por las brumas
al momento preciso y casi exacto
en que canta mi gallo colorado.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC