Te aproximas y mis ojos enloquecen
contemplando flamante monumento,
destellándose rayos al momento
que agitado el respirar se me enternece.
Impacto desatado
por no estar esperado
el encuentro con el hada de mis sueños
apasionados, llenos de dulzura,
olvidando la tristeza y la amargura
porque eres el tesoro de mi ensueño.
Observando la tersura de tu piel;
oprimo el lado izquierdo de mi pecho
que produce campanadas en el hecho,
emanando dislocado decibel,
viajando en tu figura
con una ilusión pura,
alimentando deseo de tenerte
entre mis brazos sudorosos,
exaltados de emoción, jubilosos,
coronando el afán de poseerte. Laureano Marcano N.